Gustavo es un chico frágil de piernas sólidas, le encanta montar bicicleta. Estudia lo mismo que Claudia, se dio el lujo de viajar y perder cursos, por lo que ahora esta condenado a llevar un par de cursos con Claudia. Gustavo perdió la cabeza solo una vez, por una mujer que lo dejó por ir detrás de un león con aspecto de mujer. El nunca hubiera creído que se volvería loco por Claudia, nadie se iba a imaginar que ella se fijaria en él.
Transcurría ya mitad de ciclo y Clau nunca se había percatado de la existencia Gusta, hasta que llegó con la justas a su clase de publicidad y lo vio sentado al lado del único lugar vacío que había, mala suerte. Nunca pudo negar que le encantó el olor de Gusta, a pesar del miedo y la fobia que desarrolló por verlo. Gusta se enamoró de ella desde que la vio; él dice: "la vi llegar sola y apuradita, con su bolso negro, su cabello suelto y oscuro, con sus piernas largas y fragiles, y su olor a vainilla". Ella no sabe en que momento le dio su número de celular, cada vez que piensa en ello suelta un: "que chico tan hábil".
Gusta la llamó y la llamó, se terminó su saldo más de una vez en enviarle mensajes a la indiferente Claudia, hasta que "ella atracó" salir con él, como por ahi dicen. Y bueno, la primera cita, la primera jarra de sangría juntos, el primer abrazo, el primer "no sabes como me gustas" al oído, y finalmente, el primer agarre. Después de esto, el presipitado Gusta le declaró su inmenso amor a Clau, mal momento para hacerlo, ella obviamente no solo se asustó, tambien se dio el lujo de rechazarlo, y se creyó la gran cagada, sin embargo siguieron saliendo, el pobre y fragil corazón de Gusta se siguió rompiendo, hasta que un día se tragó todo y se hizo a un lado, a Clau no le importó mucho obviamente, porque en general era Gustavo, "ya volverá detrás de mí", pensó. Pero no volvió, esto le jodió mucho, no saben cuanto, en fin, a la olvidadisa Clau se le pasó.
Un día, después de muchos desplantes, muchas miradas esquivas y muchas canceladas, se volvieron a encontrar. Se tomaron un té helado juntos, caminaron por las calles que iluminaba el sol, y al caer la noche la luz de luna les señaló el camino hacia la cama, obviamente, la de Gusta. Las piernas fragiles de Claudia se abrieron y se entrelazaron con las solidas piernas de Gustavo, y él la amó, todas esas ganas contenidad durante meses y meses de mandadas a la mierda, de canceladas, y plantadas quedaron olvidadas, se sintió seguro. Pero cuando todo acabó, él intentó decirle lo mucho que la quería a su lado, y ella lo detuvo, mal momento de nuevo hombre, lástima; y la indiferente Claudia se levantó, se vistió, llamó a un taxi, "adios, te veré en la uni", y se marchó, dejando atrás de nuevo a Gustavo.
Todavía se ven, solo en la uni claro, él la sigue adorando, más y más, ella sigue viviendo. Ayer hablé con Claudia, ¿no lo sabían?, es mi mejor amiga, olvidé contar eso; me confesó que también lo quiere, pero no tanto como él a ella, aún no esta lista. Puta madre Claudia, dejate de fregar, tú nunca estarás lista mujer, no naciste para ser amada porque no te dejas, contigo nunca será un buen momento. Tengo ganas de contarle a Gustavo todo lo que Clau me dijo ayer, pero saben que, mejor no lo hago, quiero ver en que termina todo esto sin mi intervencion de por medio, y algo me dice que acabará bien, ayer cuando terminé de hablar con Claudia la vi escribiendo una carta para Gusta, y dibujó corazones.