miércoles, 26 de noviembre de 2008

EL POR QUÉ DE MIS 25 DE NOVIEMBRE

Me sentía adormecida, eran ya las 8 am y no despertaba, no tenía ganas de hacerlo, el sueño que estaba teniendo había regresado a mí después de tiempo de haberce perdido, era un sueño dulcemente masoquista, era el sueño de un amor que ya no es mío.

Durante toda esta semana no he estado muy conciente de las fechas, es más, recién me digne a ver que día estamos hoy, y fue por esto que me dí cuenta del porque de mi borachera improvisada de ayer.


Estaba tranquila en casa; miento, estaba impaciente, como si supiera que tenía que hacer algo, como si mi cuerpo me gritara que me pare y lo eche a andar. Eran ya las 12:30 am masomenos, y una mala amiga de buenas boracheras me susurró bajito (como para que mi mamá no escuche desde la otra habitación): "qué, un vinito karlita, ¿que dices?". Créanme, no puedo con el vino, cuando se trata de vino mi boca quiere decir que no, pero de pronto me veo a mi misma buscando como loca el sacacorchos. Entonces comenzó el festival de recuerdos y llantos por amores pasados, entre dos amigas, música corta venas y una botella de vino tinto seco. Cuando acabamos la primera botella, ya había manchado mi polo, el teclado de mi compu ya estaba húmedo, mis ojos estaban hinchados, y mis lágrimas caían espontáneamente, mientras mi voz solo podía exclamar un nombre, el de un hombre que pensé no volvería a recordar más: "Pepe...¿qué nos pasó?, ¿por qué Pepe, por qué?".


Está claro que mientras yo me encontraba en este estado decadente, mi amiga estaba tirada a un lado de mi habitación callada, mirando el suelo y hablando sola, reprochandoce a sí misma todo lo que siente. Hasta entonces no entendía por qué justo ese día, y de la nada, me comencé a sentir así, no entendía por qué después de tanto volvía a extrañar a Pepe, aunque fuese solo un poco, no entendía nada en realidad. Quice servirme más vino y la botella estaba seca: "¡carajo!, tendré que abrir otro pues", fui corriendo al minibar de mamá y tomé un vino blanco, no importaba lo que fuere mientras tuviera alcohol, así que lo abrí y seguí con la noche más asquerosa de mi vida. De pronto ya no habían lágrimas, ya solo nos reiamos, Fio (mi amiga) se dio cuenta de que mis ojos se achican cuando estoy ebria, yo me di cuenta de que los de ella se sobresaltan, se ponen enormes, de verdad dan miedo, y los míos risa. No podíamos ni hablar, con las justas podíamos sostener el vaso, y la más sensata de las dos, osea yo, tenía que terminar un trabajo, el trabajo final que era la nota de mi examen, para las 9 am, recien iba por la mitad, y ya eran las 4 am.


No sé como hice pero lo acabé, cuando voltié a ver a Fio, estaba toda desparramada en el sofá, asquerosamente ebria, yo no sé ni como llegué a mi cama. A la mañana siguiente todo era menos claro que antes, y la cama no era lo único que me daba vueltas, aún así me desperté y pude entregar mi trabajo (el cual fue uno de los mejores, ¡que payasada!). Todo el maldito día me la pasé suspirando, y sintiendo que debía recordar algo, que tenía que hacer algo, o que almenos debía escribir algo. Me sentía algo melancólica, así que decidí caminar; caminé y caminé hasta que mis pies me hicieron llegar a un parque cerca de mi casa, el famoso "Parque de la Media Luna", me senté en unas de las bancas, la segunda de la mano izquierda, miré a mi lado y me di cuenta que me faltaba algo...o alguien, Pepe. Para mi buena suerte, Pepe vive a una cuadra de este parque, así que caminé hacia su casa, me puse frente a la puerta y me senté a ver pasar el tiempo. Hasta entonces aún no sabía porqué había hecho todo esto, estoy loca ¿verdad?.


Llegué a casa, y me pregunté: "¿qué fecha estamos?", ojalá lo hubiera pasado por alto.


Sí Pepe, es 25 de noviembre, ya han pasado dos años, y aún te recuerdo; ya no te amo es cierto, ya no me haces falta, no mucho, ya no lloro antes de dormir, ya no veo tus fotos (está bien, no tan seguido), ya no leo tus cartas para conciliar el sueño, ya no abrazo tus peluches, ya no me siento sola, no canto tus canciones, no escucho "vivo por ella" ni mucho menos esa canción en francés de Celine Dion que me cantabas al oído, ya no escribo tu nombre en donde pueda, ni escribo sobre ti, o almenos no lo hice hasta hoy. Han pasado ya, exactamente, dos años desde que te dije adios frente a la puerta de tu casa, dos años desde que nos besamos por última vez, desde que probé tus lágrimas, desde que te pregunté si habíamos sido felices, si me querías, dos años desde que me dijiste: "fuimos muy felices", "fui muy feliz", "sí te quiero". Me costó mucho entender sabes, tardé en adaptarme, pero lo conseguí. Es bueno verte de nuevo, y charlar, es bueno abrazarte de nuevo, y besarte, aunque ya no en la boca, siento que sería equivocado hacerlo.


¿si te quiero?, claro que te quiero, sabes que sí, y demasiado, siempre te querré, siempre estaré aquí, cuidándote, siempre estaremos juntos, aunque ya no seamos más que solo amigos, siempre y siempre por siempre y para siempre, no te alejes, que yo aquí me quedaré contigo.


---> sábado 25 de noviembre del 2006, 3:00pm. Pasamos de ser novios, a ser algo más importante y menos pasajero, pocos lo entenderían.